La partida entre Quercia y Gasparetto tuvo la particularidad de que el segundo jugador llegó cuando apenas le quedaban cinco minutos en el reloj y el persistente apremio de tiempo afectó a ambos jugadores. La apertura fue una defensa Pirc, en donde las negras lograron llevar adelante una iniciativa en el flanco de dama que dio frutos en la aparición de un peón pasado central bien sostenido. Las blancas intentaron contraatacar en el centro y el ala de rey, lo que provocó diversas incidencias tácticas.
Las blancas acaban de terminar una secuencia combinatoria y se encuentran con la desagradable sorpresa de que el caballo está copado. Haciendo de la necesidad virtud, lo sacrifican para, al menos, destruir la ciudadela real.
36.Cxf7 Rxf7 37.f5. Más leña al fuego. 37...Td6 38.Dg5 De4?? Con el ansía de defender el peón g descuidan al rey. Había que retroceder con sangre fría: 38...Rg8. Siguió 39.Te3. Ahora el ataque se lleva por la columna e. 39...Dxd5 40.fxg6+ Rg8 41.Te8+ Af8 42.Dh6.
Ante la doble amenaza de mate (en h7 y en f8) a las negras sólo les quedó abandonar.
La Rossa optó por la variante del cambio ante la defensa Caro-Kann de Paradell. Unos movimientos débiles por parte de las blancas en el ala de dama provocó un peón retrasado, que las negras asediaron con ahínco, terminando por capturarlo. En el final de piezas mayores que siguió las blancas lograron un peón pasado sostenido, que les dio chances prácticas, pero que no aprovecharon. Las negras decidieron irrumpir audazmente en campo rival y se vieron sonreídas por la fortuna.
En lugar de 51.Dg1, que salvaba por el momento la situación las blancas jugaron 51.Dd3?? Dh2+ 52.Rf3 Dg2+? y abandonaron ante el mate que sobreviene. Por supuesto, era más rápido 52...Df2++.
Scaglione y Flamini jugaron una partida muy aguda, planteada con enroques opuestos. Luego de una escaramuza en el centro los rivales se dedicaron a avanzar sobre el monarca enemigo.
El momento crítico de la partida: la única defensa para las blancas es el ataque y con 27.Dc6, que amenaza mate en a8 y b7 (además de a la dama enemiga), obliga al cambio de las reinas, produciéndose una posición compleja pero equilibrada. Siguió, en su lugar, 27.Cc6?? Td6? Demora la victoria; ya se podía jugar 27...Dxh3. 28.Cxa7+ Rb8 29.Cb5 Dxh3. Por fin las negras amenazan el mate inevitable en g2. Inevitable a menos que las blancas sacrifiquen todo para darle escape al rey; lamentablemente para el espectáculo, así sucedió.
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