Fischer siempre se interesó por las chicas. Pero no sabía cómo encararlas. Así fue cómo perdió la virginidad, en Argentina en 1960. Vio que yo tenía una novia muy agradable y bonita durante el torneo, "una chica de calidad" decía, una inmigrante húngara. Y quería saber cómo lo había logrado. Al final, Larry Evans le consiguió una chica; según sus palabras, era "semiprofesional" (risas). A la mañana siguiente, le pregunté a Bobby cómo le había ido. Me dijo: "Pst, movimientos verticales, el ajedrez es mejor." Le dije: "Mira, Bobby, el sexo y el ajedrez son dos cosas diferentes".
El Gran Maestro húngaro Pál Benkő, entrevistado en New in Chess 2016/2, p. 59.
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