sábado, 26 de septiembre de 2009

Torneo Selección - Ronda 6

Néstor Grillo y Pablo Castro encabezan las posiciones con cinco puntos, seguidos a media unidad por Federico Oliva.

Grillo-Beroiz fue una apertura Réti con fianchetto de dama en que las blancas comenzaron un ataque de peones en el flanco de rey, que fue facilitado por la decisión del negro de cerrar el centro. Sin contrajuego rival prepararon cuidadosamente la ofensiva hasta realizar la ruptura decisiva:


31.Axh6! gxh6 32.Dxh6+ Rg8 33.Ch5 Cd7 34.g7 Cf7 35.Cxf6+ Cxf6 36.Dxf6 Td7 37.Dg6 Ae7 38.f6 Td6 39.h5 Txf6 40.Txf6 Axf6 41.h6 Cxh6 42.Dxe8+ Rh7 43.Dh8++.

P. Castro comenzó con la apertura Bird y M. Arias eligió un esquema con enroque largo con la idea de plantear una lucha aguda; la ocurrencia no dejó de tener su costado incisivo, pero una pifia lo dejó sin chances:


Si el alfil atacado se retira, la dama negra es clavada con Ae5, lo que conlleva grandes pérdidas materiales.

Larizzate-Larrosa fue una apertura inglesa en donde las blancas consiguieron atacar al rey enemigo varado en el centro y podían haber obtenido ganancia material con 19.Txc6! o 25.Dh6, pero se metió en apuros en la siguiente posición:

Aparentemente este ataque doble a la dama y al alfil no puede ser eludido; sin embargo, hay una posibilidad que las blancas no vieron:


27.Ae8+! Txe8 28.Tc7+ Te7 29.Txb7 Txe5 30.Txe7+ Rxe7 31.dxe5 Axa2 32.Td6 con un final de difícil pronóstico.

Alfonso optó por la variante del cambio ante la defensa francesa planteada por Zimmermann. Tras el cambio de damas las blancas se concentraron en el peón dama aislado negro y las negras en atacar por la columna f, pero una falsa combinación (dentro de todo, podía jugarse 32...Ch2!) las dejó con pieza de menos. Sin embargo, las blancas simplificaron demasiado y permitieron que el caballo rival se sacrificara por el último peón blanco, con lo que se desembocó en el tristemente célebre final de alfil y caballo contra rey (que no se estudia porque ocurre en una de cada 5.000 partidas):


Aquí las blancas pueden lograr dar mate en 26 jugadas, en un método que consta de dos fases: en la primera se lleva al rey contrario a la esquina de color opuesto a la del alfil mediante una exacta coordinación de las tres piezas (triángulos de Deletang, por ejemplo) y en la segunda se lo conduce a la otra esquina (método de la W). Pero el conductor de las blancas no consiguió pasar a la segunda fase, a pesar de disponer del incremento de tiempo, y desistió poco antes de llegar a las cincuenta jugadas de que se dispone. Es evidente que no estuvo siguiendo el curso que este mes ha estado dando Chesscafé precisamente de este final:



Grego y D. Castro jugaron una defensa moderna en la que las blancas, tras cerrar parcialmente el centro, comenzaron un avance de peones en el flanco de rey para atacar al monarca enemigo, mientras el propio permanecía expuesto en la posición inicial. Las negras quisieron aprovecharlo abriendo líneas, pero sólo consiguieron que un fuerte caballo blanco se instalara en la casilla e6. El momento decisivo llegó en la siguiente posición:


Las blancas ganaban con 26.Axh7+ Rh8 (26...Rxh7 27.hxg7+ Rg6 (27...Rg8 28.Th8++) 28.g8D+ Rf5 29.Cg7+ Cxg7 30.Dh7+ Rg4 31.Dh3++; 27.hxg7+ Txg7 28.Ad3+ Rg8 29.Axc4+-, pero en el apremio de tiempo traspusieron las jugadas de la maniobra con 26.hxg7 y tras 26...Txg7 la nueva situación las dejó sin reacción y cayó su bandera.

Muñoz aceptó el gambito Benkö planteado por Frenquelli, pero nunca comenzó las acciones en el flanco de rey y las negras lograron recuperar el peón y arribar a un final favorable, como es costumbre en esta apertura. Posteriormente ganaron un peón, pero se encontraron con que habían dejado a las blancas con dos peones pasados y unidos:


La situación es inexplicable: aunque capturan la torre no pueden evitar que la disposición de las piezas blancas les permita coronar con jaque: 42...dxe2 43.f7+ Rf8 44.Ah6+ Re7 45.f8D+ Rxe6 46.Df5+ Rd6 47.Af8+ 1-0.

Salvatierra y Aguilar jugaron una defensa escandinava; una temprana simplificación llevó a un prefinal de dos torres y alfil contra dos torres y caballo. Una apertura de líneas expuso al rey blanco al ataque de las piezas enemigas:


No se puede evitar que el pícaro corcel gane una torre.

Bravo-Mancilla fue una defensa india de rey en luego de una serie de maniobras se abrieron primero la columna e y luego la f, esto último, por parte de las blancas, conseguido a costa de un peón en el otro flanco, pero no crearon ninguna amenaza efectiva y las negras pasaron a un final con un peligroso peón pasado, aunque para ello cedieron un peón central innecesariamente. La entrada del rey negro definió la partida.

Hernández-Velasco fue una defensa Owen, en que las negras consiguieron aislar el peón d rival, alrededor del cual giró el resto de la partida. La penetración de las torres negras permitió la ganancia de un peón y el contraataque de las blancas no dio el resultado esperado, aunque la posición del rey negro permitía albergar algunas esperanzas.


Por ejemplo, en vez de 34.Dd1+, 34.Txg7 Rxh4 35.De1 Cd3 36.De3 h5 37.Dxd3 Df4 38.Dd1 f5 39.Rg1 Txg2+ 40.Txg2 De3+ 41.Tf2 Dg3+ 42.Rf1 Ac4+ 43.Re1 De3+ 44.Te2 Dxa3 con juego incierto.

El encuentro de Sartor con Paradell fue una defensa Caro-Kann, en donde el sacrifico típico de peón e6 parecía indicar el comienzo de una partida viva, pero pronto se cambiaron las damas y tras el recupero del peón se encaminó a un final equilibrado. Sin embargo, el juego se volvió dramático cuando el blanco sacrificó el caballo por dos peones, pero en definitiva se arribó a una posición en la que ninguno de los competidores podía intentar la victoria.



Samudio intentó romper el record de la partida decisiva más corta, pero Concina sólo pudo obligarlo a inclinar su rey en la jugada 11:

Concina - Samudio

1.e4 d6 2.d4 g6 3.Cf3 Ag4 4.Ae2 Ag7 5.h3 Axf3 6.Axf3 Cf6 7.e5 dxe5 8.dxe5 Dxd1+ 9.Rxd1 Cd5 10.Axd5 Ca6 11.Axb7 1-0.



Peludhero y Martinel jugaron un Giuoco Piano en que las negras intentaron violentamente forzar el equilibrio, pero pronto se encontraron sin peón y sin protección de su rey. Al menos esta vez abandonaron antes de perder por tiempo.

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