viernes, 20 de enero de 2012

El pimpón

«Existe en nuestro ambiente ajedrecista una costumbre que tiene dos justificativos. El primero, tan razonable, que tiene la rara virtud de justificar al segundo, que es el real en casi todos los casos. Es la práctica desmedida del pimpón, forma de jugar que, si puede aceptarse accidentalmente, desvirtúa en su esencia al ajedrez.
Los orígenes de esta costumbre son dos. Primero, el fácil pretexto, porque a menudo es agradable jugar ligeramente sin concentrarse, y segundo, la verdad, porque satisface la vanidad en mayor grado que las partidas meditadas. El jugador de pimpón, hablamos en términos generales, busca siempre las mesas donde hay mucho público, cada jugada va acompañada de un comentario tendiente a impresionar a los espectadores y a irritar al adversario. Cuando pierde es muy fácil hallar un pretexto que justifique la derrota, y al no jugar partidas de responsabilidad, queda el recurso de manifestar, como reflexionando: "Si yo me dedicara seriamente al ajedrez".
Generalmente, la mayoría son elementos que no han podido o tenido la fuerza de voluntad suficiente como para llegar a situaciones destacadas en el ajedrez local, y el placer de escuchar los murmullos de admiración de un público ajedrecísticamente inferior, prima sobre la propia satisfacción que produce una partida bien ganada, hija de un sabio y ordenado proceso cerebral.
Nosotros sólo aconsejaremos a los que se inician en la práctica cotidiana del pimpón, que antes de aprender a realizar partidas rápidas, tan rápidas que nos les permita ver la cantidad de errores que ellas encierran, aprendan a jugar bien una partida pensada. El ajedrez se ha hecho para meditar, y en esa meditación reside su eterna belleza, su justificativo. El pimpón puede ser un complemento agradable, pero no es la finalidad del ajedrez.» (Roberto Grau, 1928)

miércoles, 18 de enero de 2012

Mens sana in corpore sano

"Mi principal actividad deportiva fue siempre el ajedrez, pero desde 1986 mis hermanas y yo también competimos en tenis de mesa. Llegué a ocupar el puesto 32 en el escalafón nacional de la categoría sub-12, en 1988. Me gustaba mucho, pero lo dejé para dedicarme completamente al ajedrez." (Judit Polgár, Chessbase).