Averbaj: Yo divido a los ajedrecistas en seis categorías. Los primeros son los asesinos; aquellos jugadores que, en sentido figurado, tratan de matar a sus rivales. El segundo tipo es el de los luchadores; estos tratan de ganar por todos los medios, pero no es necesario matar. El tercer tipo es el de los deportistas; para ellos el ajedrez es un deporte como cualquier otro. Número cuatro son los "jugadores" o apostadores. Kárpov, por ejemplo, es un típico "jugador"; quiere jugar a cualquier juego. Estos cuatro tipos tienen todos una motivación muy fuerte. Luego tenemos dos más: número cinco, los artistas, para quienes el resultado no es lo único importante, y número seis, los exploradores.
Periodista: Y usted está en la categoría seis.
Sí, estoy en la categoría seis y lo sé.
Comencemos con la categoría uno. ¿Quién cuadra en esta categoría?
Botvínnik, Fischer, Korchnói. Por supuesto, no todos pertenecen a una sola categoría. Por ejemplo, Tal tenía tanto de luchador como de artista. Kárpov y Kaspárov también tienen algunas características del asesino, pero no tan fuertes como Botvínnik. Por regla general, la definición de asesino es la de un hombre que ha crecido sin un padre. Deportistas tenemos muchos. Spasski, Keres, Capablanca. Son personal normales, pero cuando juegan, para ellos es como cualquier otro deporte.
Y artistas son ajedrecistas como Bronstein...
No, no. Bronstein es un luchador; trata de pasar por artista. Quizás tenga algo de artista, pero su punto fuerte es el de luchador.
Entonces, ¿quiénes son los verdaderos artistas?
Creo que Simaguin era un artista de verdad. Nicolas Rossolimo era un artista. Tal vez Yanofsky era mitad artista y mitad apostador. Zukertort también encajaba en esta categoría.
Y usted era el investigador.
Sí, pero no sólo yo. Nimzowitsch era un investigador, Rubinstein, Fine.
(The Day Kasparov Quit de Dirk Jan ten Geuzedam)
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