En el verano de 1992 fui a ver el torneo de Dortmund y llegué durante la ronda tres. Los jugadores estaban en una especie de cuadrilátero de boxeo en el medio de la sala, con los espectadores rodeándolos. Garri Kaspárov estaba jugando contra Gata Kamski. Cuando entré, me vio y me saludo con la cabeza. Un momento después, con la partida todavía en juego, se levantó, se dirigió a su esposa y le dijo algunas palabras. Luego de unos minutos, su señora se levantó, vino hasta donde yo estaba sentado, me tomó de la mano y me sacó de la sala. Un periodista local lo vio todo y escribió del incidente al otro día, especulando acerca de lo que Kaspárov le habría pedido a su esposa ("Saca a Fred de la sala, tengo una mala posición con Kamski.").
Bueno, esto es lo que sucedió en realidad: me llevó hasta la sección B del torneo, recorriendo las filas de partidas en juego, leyendo los carteles con los nombres de los jugadores. Al fin se detuvo y me señaló a uno de ellos.
-Ése es Krámnik -me susurró.
-¿En serio? -respondí-. Pero ¿por qué me lo estás mostrando? ¿Quién es?
-No tengo la menor idea -me dijo-. Garri me pidió que lo hiciera.
A la noche Garri me explicó que ese muchachito, que hacía unos días había cumplido diecisiete años, estaba destinado a lo más grande. Insistió en que me aprendiera el nombre de memoria, y escribiera de su progreso hacia los niveles más altos del ajedrez. Cuando regresó a Moscú Garri propuso que Vladi Krámnik fuera incluido en el equipo olímpico ruso... para horror de las autoridades ajedrecísticas, que tenían una lista de al menos una docena de jugadores más fuertes y de más edad que el muchacho. Pero Garri insistió, incluso amenazando con abandonar el equipo si sus deseos no se satisfacían. Tuvieron que ceder y Krámnik pudo jugar en Manila.
(Fuente: chessbase.com)
PD: en la reciente olimpiada de Bakú 2016 Vladímir Krámnik obtuvo la medalla de oro en el segundo tablero.
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