sábado, 3 de octubre de 2009

Torneo Selección - Ronda 8

Con su victoria sobre Federico Oliva y la derrota de Néstor Grillo, Pablo Castro se ha asegurado el primer puesto al distanciarse un punto sobre sus perseguidores. En cuanto a la clasificación, un estrategia conservadora en la última ronda garantizaría a ocho jugadores el paso al torneo Mayor, quedando seis competidores en la lucha por el noveno lugar.

Oliva y P. Castro jugaron una defensa Caro-Kann en la que tempranamente se iniciaron las acciones tácticas. Las fuerzas negras se concentraron en el punto f2 y a pesar del enroque las blancas sufrieron pérdida de material:



Grillo-Aguilar fue una defensa escandinava, en la que ambos competidores se mostraron deseosos de simplificar el juego. Así se arribó a un final de pares de torres en que las negras tenían por desventaja cuatro peones doblados, pero un descuido obligó a las blancas a pasar al final de peones:


Para evitar el mate hay que cambiar las torres, pero el final no se puede sostener: aunque el rey blanco puede llegar al centro, el zugzwang pronto lo obligará a retroceder, y a continuación las negras podrán desdoblar los peones del flanco de dama.

Alfonso eligió la variante del cambio ante la defensa francesa de Beroiz; ambos jugadores se enrocaron largo. Las acciones en el flanco de rey recompensaron a las blancas con dos peones, pero acto seguido permitieron el inicio de un ataque sobre su rey que hubiera dado la victoria a su rival:


En vez de 36...Txb2+ 37.Ra1 Dh2 amenazando un mate que no se puede evitar sin grandes pérdidas de material, las negras, inexplicablemente, se contentaron con recuperar el material perdido 36...Txf5? tras lo cual se acordó el empate.

González-D. Castro fue una defensa india de rey, variante de los cuatro peones, en la que las blancas lograron colocar dos peones en la quinta fila, lo que implicaba un sacrificio de peón, cuya aceptación condujo a un ataque fulminante sobre el rey negro, que concluyó en jaque mate:


14...dxe5?! 15.fxe5 Axe5 16.Cxe5 Txe5 17.Af4 Th5? 18.Tae1 c6 19.Ac7! Dxc7 20.Te8+ Cf8 21.Dxc5 Axh3 22.Dxf8++.

Muñoz empleó el gambito de dama y Grego se defendió con la variante Tartakower de la ortodoxa, con la idea de quedarse con peones colgantes. Un intento de ataque de las blancas obligó a debilitar, quizás en demasía, el enroque rival, lo que junto al mayor dinamismo de sus piezas, incluso luego del cambio de damas, habría permitido ganar material, por ejemplo, con 22.Cxa7. No obstante, la oportunidad se presentó nuevamente:


Mediante el ataque a los peones colgantes 33.b3! cxb3 34.Cxb3 Cxb3 35.Axd5+! (el alfil negro está sobrecargado) Rf8 36.Axb7 Txc2 37.Cxc2 quedaban con peón de más. Pero siguió 33.Ae2? Cge6 34.Cef3 Cxd4 35.Cxd4 Ce6 y se pactaron las tablas.

Larrosa y M. Arias jugaron una apertura inglesa en la que las blancas permitieron que su rival obtuviera una excesiva ganancia de espacio en el centro y las consiguientes perspectivas de ataque al rey. De algún modo, la defensa logró bloquear todo el ala de rey y la lucha debió trasladarse al otro flanco.


Aquí las blancas se mostraron demasiado activos (b4?) y lo único que consiguieron fue darle al oponente dos peones pasados unidos, cuyo avance otorgó a las negras ventaja material.

Larizzate planteó el sistema "muro de piedra" y Mancilla no replicó con lo justo (8...h5?, 9...c4?); su rey quedó en el centro y pronto fue presa de la situación:



Salvatierra respondió con el sistema Maróczy ante la defensa siciliana de Sartor. Las negras no vieron una trasparente amenaza y perdieron calidad mediante una enfilada. No obstante, lograron montar un ataque al rey que lograba al menos el equilibrio:


Pero las blancas pusieron a su dama en una casilla indefensa, lo que fue aprovechado contundentemente por su rival: 42.Db2?? Dh1+ 43.Rf2 Ag3+ 44.Re3 (si 44.Re2 Dxg2+, enfilada que gana la dama desprotegida) Af4+ (enfilada que gana la torre) 45.Rd3 Dxc1 46.Dxc1 Axc1-+.

Zimmermann-Velasco fue una especie de defensa Benoni, pero las negras realizaron demasiadas jugadas de peón y su rival pudo realizar la ruptura e5. El rey negro intentó refugiarse en su enroque, pero un oportuno sacrificio posibilitó el ataque de mate:


15.Cxh7! Rxh7 16.Dxh5+ Rg7 17.Dg5 Th8 18.Df6+ Rh6 19.Df4+ Rh5 20.Ae2+ seguido de jaque mate.

Frenquelli repitió ante N. Arias la variante Boleslavski de la defensa francesa que utilizó en la ronda previa (7.Ae3). Esta vez la lucha se caracterizó por la presencia de enroques opuestos y los correspondientes ataques a la bayoneta. El momento decisivo ocurrió en la siguiente posición:


Luego de 23.cxb3 cxb3 24.a3 el resultado de la partida continuaría en la incertidumbre, pero tras 23.a3? las negras lograron abrir una columna para su ataque, que pronto se volvió irrefrenable: 23...bxc2+ 24.Dxc2 Tab8 25.Rc1 Tb3 26.Ad2 Dxc5 27.Ah3 Tcb8 28.Ac3 d4 29.Dg2 Af8 30.Cxd4 Txc3+ 31.bxc3 Dxa3+ 32.Rd1 Cxd4 33.cxd4 Aa4+ 34.Re1 Tb1+ 35.Rf2 Tb2+ 0-1.

Bravo-Concina

Las blancas ganaron el peón a indefenso y mantuvieron la ventaja hasta vencer en el final.

Hernández-Peludhero fue un Giuoco Piano, en que las blancas se embarcaron en una ataque al rey enrocado en el flanco de dama. Luego, en vez de proseguir el asalto, cambiaron damas para ganar un peón, pero la falta de desarrollo obligó a devolverlo. En la última fase de la partida las blancas quedaron con peón de más, pero el triunfo es imposible en virtud de la imposibilidad para el rey de penetrar en campo enemigo:



Veamos una celada del clásico catalán, Martinel-Paradell:


Las blancas acaban de coronar en e8; si las negras capturan la dama, ¡reciben jaque mate! Advertidas de la trampa, jugaron 51...Dg7++.

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